Trump promete deportar millones de ilegales, incluso retirar la ciudadanía a sus hijos

• Donald Trump no ha dado detalles sobre cómo llevaría a cabo los operativos de deportación masiva
• Promete terminar la construcción del muro fronterizo, retirar la ciudadanía a hijos de inmigrantes ilegales y restablecer la prohibición de entrada a personas de países de mayoría musulmana
• Utilizaría la Guardia Nacional como apoyo para deportar a millones de migrantes de todo Estados Unidos

Para Donald Trump, la deportación masiva de migrantes indocumentados se ha convertido en el lema bandera de su campaña.

Las reformas migratorias y el combate a la inmigración ilegal se han convertido en un eje fundamental dentro de la actual lucha electoral en Estados Unidos contra los demócratas de Kamala Harris.

La intensificación de su retórica anti inmigración, ya le dio réditos políticos en su anterior ascenso al poder, prometiendo ahora:

«El 5 de noviembre de 2024 será el día de la liberación en Estados Unidos. Rescataré a Aurora y a todos los pueblos que han sido invadidos y conquistados, y meteremos a estos criminales crueles y sedientos de sangre en la cárcel o los echaremos a patadas fuera de nuestro país»

Adicional a su advertencia de poner en marcha la «Operación Aurora», el neoyorquino agrega que terminará de construir el muro en la frontera sudoeste y que restablecerá la prohibición de entrada a personas de países de mayoría musulmana.

Pero, el magnate fue mas allá y en una reunión republicana sobre migración ilegal dijo que se debe retirar la ciudadanía a hijos de inmigrantes ilegales.

¿Cuántos migrantes ilegales hay en Estados Unidos?

Acorde con el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, en el país viven unos once millones de migrantes indocumentados, aunque el ex presidente habla de unos 18 millones.

Si bien es cierto que una parte importante ha llegado al país norteamericano en los últimos años, especialmente de países como Venezuela, las cifras exactas son difíciles de estimar con algunos medios especulando sobre unos 2 millones de personas adicionales.

Lo que si confirman las cifras oficiales es que más de tres cuartas partes de esos 11 millones llevan ya en suelo estadounidense por lo menos una década.

Trump y su gran operativo de deportación masiva

Trump no ha dado detalles sobre cómo llevaría a cabo los operativos de deportación masiva y el papel que desempeñarían algunas instituciones involucradas como la Guardia Nacional.

A ese respecto, el candidato republicano a la presidencia, señaló que no se oponía a utilizar militares en servicio activo para llevar a cabo los operativos de deportación masiva si fuera necesario, pero preciso que consideraba que la Guardia Nacional era suficiente para hacer el trabajo.

La ley federal prohíbe en general el uso de miembros de las fuerzas armadas en servicio activo para hacer labores de tipo policial dentro de Estados Unidos.

Solamente con una autorización especifica del Congreso una situación así podría darse.

«Operación Aurora»

El calificativo de la propuesta nace de la forma en que la han bautizado algunos políticos estadounidenses y personajes afines a la campaña de Donald Trump, por la ciudad del estado de Colorado en que promulgo durante un mitin estas declaraciones el ahora candidato.

En esencia Trump se basa en la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, que permite la expulsión de personas de países que «han invadido Estados Unidos», tras una «declaración de invasión».

Esta ley que nace tras la Guerra de Independencia y que buscaba defenderse del espionaje y sabotajes de los británicos, solo se ha usado en tiempos de guerra.

Durante la II Guerra Mundial, el presidente Roosevelt la aplicó con el fin de privar la libertad de movimiento a familias enteras de ciudadanos o de inmigrantes de origen aunque principalmente japones, también algunos de de origen italiano y alemán.

Sobre esto Ronald Reagan en 1988, pidió disculpas por lo que denomino «errores del pasado».

Esta norma puede verse como una forma de dar una especie de «super poder» a la administración para deportar, su aplicación iría en contra de la costumbre jurídica y de la tradición política aplicada durante años en Estados Unidos.

Trump se muestra dispuesto a usarla al no requerir de tramitación ante el Congreso.

¿Tropas en servicio activo deportando y protegiendo las fronteras?

En general las administraciones han utilizado a la Guardia Nacional con el fin de reforzar la seguridad fronteriza.

Barack Obama en la «Operación Phalanx» utilizó a miembros de la Guardia Nacional para reforzar la seguridad a lo largo de la frontera suroeste mientras que George W. Bush recurrió a la misma fuerza en la «Operación Jumpstart«, con igual propósito.

En particular Joe Biden y Donald Trump han utilizado tropas en servicio activo junto a elementos de la Guardia Nacional para reforzar la seguridad fronteriza.

Fuerzas que han sido utilizadas en la frontera de forma muy específica y restringida.

Esto incluye labores de vigilancia o apoyo logístico sin interacción directa con los inmigrantes.

Quienes arrestan y expulsan a las personas en condición de ilegalidad migratoria dentro del país son las unidades de Operación de Ejecución y Expulsión del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas. 

Aunque durante el primer mandato de Trump, el Departamento de Seguridad Nacional consideró utilizar a los elementos de la Guardia Nacional para detener a inmigrantes ilegales, pero esto no se concreto.

¿Expulsar a millones de personas?

Existen enormes consideraciones económicas y humanitarias que implican la operación propuesta por el magnate de Nueva York.

La distribución y el mantenimiento de tropas a lo largo de una frontera de mas de 3.000 kilómetros (sin contar la de Canadá y las marítimas), o el coste de establecer campos de concentración para alojar a las personas previo a su deportación, hacen que la viabilidad del plan presente serias dudas.

La separación de familias es un factor que puede impactar negativamente a la opinión publica, sensible a temas humanitarios en un mundo lleno de conflictos.

Los costosos juicios migratorios, pues en Estados Unidos un inmigrante ilegal tiene derecho a defender y proteger su causa, son situaciones que no se pueden soslayar.

Los estragos en cuanto a dejar de cubrir la necesidad de mano de obra en sectores como la construcción o la agricultura podrían afectar incluso al PIB estadounidense.

Actualmente, por ejemplo, los constructores del país, con un déficit de 350 mil puestos de trabajo, se quejan por no disponer de suficiente mano de obra, alegando que esto eleva sus costes.

Los detractores de la migración ilegal alegan que los ciudadanos estadounidense deben pagar miles de millones de dólares en prebendas como educación y sanidad para migrantes ilegales mientras que sus defensores aducen que su aporte en impuestos es también enorme.

Sobre esto, las cifras están en continua discusión, con algunos sectores calculando un mayor gasto frente al aporte tributario.

¿Logrará Trump expulsar a millones de personas?

Declarar a los ciudadanos de países como Méjico o Venezuela como una amenaza para Estados Unidos por su presunta vinculación con trasnacionales del crimen organizado, no es un escenario del todo irreal, para aplicar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 y facilitar al expulsión de muchos de ellos.

Pero el republicano tiene algunos elementos a su favor adicionales a la aplicación de esa Ley.

Uno de ellos es una Suprema Corte mas propensa a las ideas de Trump pues esta conformada por mayoría de conservadores y otro es que ya dispone de mas de 10 mil republicanos listos para ocupar las vacantes demócratas cosa que por supuesto no ocurría en su pasado gobierno antecedido por Barack Obama.

Pero, Trump propone soluciones extremadamente simples a problemas extremadamente complejos, y olvida no solo dar detalles de como lograrlo sino también sus consecuencias.

En campaña prima la propaganda y una consigna como «Deportación Masiva» vende mucho mas y mejor en medio de la euforia ideológica.

Diseñar planes coherentes de reforma a las políticas migratorias que tengan en cuenta no solo cubrir necesidades de mano de obra sino también ajustar los beneficios a ilegales o replantear la forma en que estos tributan, requieren de algo que por ahora el público no parece desear.

Ese algo es pensar.