“Las consecuencias económicas son la punta del Iceberg” – José Luis Agüero analiza el impacto de la inmigración en España

• Para José Luis Agüero «la inmigración puede generar un sustrato de oportunidades importantes, pero debe plantearse desde la gobernanza migratoria.»
• Aún así, considera que, una percepción negativa, puede desencadenar, por ejemplo, en una mala apreciación de las estructuras políticas. Por lo que, apuntar el foco al inmigrante, como causa y consecuencia del marco reducido de oportunidades laborales, es parte de ese problema de fondo.

Basta con pensar en el envejecimiento poblacional, la baja natalidad y la despoblación rural, para percibir el riesgo que España está atravesando. Un sistema de pensiones cada vez más insostenible, una disminución de la fuerza laboral y una pérdida de dinamismo económico… Pero ¿Estamos ante un problema mucho más grave de lo que parece a simple vista?

Lo cierto es que recientemente los medios de comunicación han construido narrativas en torno a la inmigración. Muchas veces como solución y otras como causa de todos los males. De esta forma, la cobertura mediática a menudo distorsiona la realidad y refuerza estereotipos poco reales.

Ante este escenario de confusión y desinformación, en SoyInsiders hemos contactado con el Doctor en Ciencias Humanas y Politólogo. Especialista en análisis del discurso político de la Migración. Senior B del departamento legal- Área Inmigración de KPMG Uruguay y responsable del departamento de análisis del discurso en Zeitpolitik Consultores, José Luis Agüero.

Gracias a su experticia, podremos ir más allá de los discursos superficiales y acceder a un análisis riguroso que no solo involucre las tasas demográficas del país, sino el análisis del marco legal migratorio actual, para entender su impacto en el mercado laboral.

¿Cómo evalúa usted las principales consecuencias económicas que ha tenido la evolución demográfica de España en las últimas décadas, considerando factores como el envejecimiento poblacional, la baja natalidad y la despoblación rural, ahora llamada “España vaciada”?

Primero hay que entender la estructura que da sustento y forma a lo que llamamos España.

El estilo organizativo y político que orienta su manera de afrontar los asuntos macrosociales, uno de ellos, con mucho peso, como es la movilidad internacional y migraciones internas. La teoría económica política lo define como Estado de Bienestar.

Para que sea más comprensible, hablamos de un Estado Padre, que se inmiscuye, participa y sobre todo regula, los asuntos de carácter micro y macro de las comunidades. Distribuye los bienes a través de los impuestos y regula amplios sectores sociales, por ejemplo, la sanidad pública y las jubilaciones universales (Asume el carácter de garantía de derechos para todos).

En términos comparativos, su contrario vendría a ser el Estado mínimo, en el que el Estado y su organización es mero espectador de los asuntos individuales.

Esa forma española, muy presente y común incluso en el marco europeo (Por ejemplo en Alemania), no ha dado con una forma para evitar una mega catástrofe financiera producto del fenómeno global del decrecimiento poblacional (mayores índices de muertes, que de nacimientos al año).

Ahora, los efectos que para los llamados «Baby Boomers» eran impensables, van a hacer colapsar finalmente a ese tipo de Estado.

Y es que, ¿Cómo sostenemos un régimen de pensiones universal si no hay una comunidad creciente, en edad laboral, que aporte financieramente para dichos futuros jubilados cada vez más creciente? ¿Cómo mantenemos un sistema educativo público y colegios, a fin de cuentas, si no contamos con estudiantes y recursos para su financiamiento?

Y desde un sentido más politológico, ¿Puede un Estado de esa forma planteada sostenerse sin una burocracia de especialistas que le dé vida? porque hasta en ello se verán los efectos.

Es decir, las consecuencias económicas son la punta del Iceberg. Y esas consecuencias, quieran o no, terminarán de destruir los cimientos del contrato social español y europeo.

¿Qué implicaciones tienen las diferentes tasas demográficas en España y otros países de la UE para su competitividad económica a largo plazo?

Puede que no sean tan visibles los cambios producto del decrecimiento en poblaciones «masivas» o superpobladas como Madrid. Sin embargo, es un proceso silencioso qué llegó para quedarse y se verá más palpable en menos de una década.

En estudios sociopolíticos son buenos los estudios comparados, porque nos permiten incluso trazar proyecciones y especular con posibles escenarios.

En Uruguay que según estimaciones del INE en el año 2023, se está viviendo un «declive poblacional» alarmante. Lo que significa más fallecimientos que nacimientos en el país y sumándose mucha más población en edad jubilatoria.

Las noticias más comunes son los cierres de instituciones educativas por falta de personal y/o estudiantes, lo que representa para la ciudadanía el acrecentamiento del costo de vida por falta de talento humano en edad laboral y, sobre todo, de inicio, menor oferta de opciones para el manejo económico.

Instalarse y ser competitivo en España, como igualmente ocurre en Uruguay, se hace muy costoso por la cantidad de impuestos directos e indirectos para los emprendimientos (Pensemos en los autónomos en España, o los trabajadores independientes en Uruguay), y ello por un Estado de Bienestar que debe mantenerse. Es decir, es un círculo vicioso del que hay que salir.

¿Cómo han respondido los países de la UE a la disminución de la población en edad de trabajar y al aumento de la dependencia? ¿Qué políticas han implementado y con qué resultados?

Los países han respondido aplicando un manual de refuerzo del Estado de Bienestar por subsidios, con atracción de mano de obra calificada extranjera.

Es decir, permitiendo que gerentes, sanitarios y ciudadanos extranjeros con labores y/o perfiles prioritarios (Por ejemplo, sector tecnologías de la información y de la comunicación) puedan ejercer sin mayores dilaciones o complicaciones en territorios nacionales (Por ejemplo, en Alemania y Reino Unido).

Sin embargo, esas medidas son de tipo paliativo, es decir, no resuelven el problema de origen.

Ni tampoco es aceptable una política de total puertas abiertas a la migración sin una planificación de políticas, ya que puede extremar la xenofobia y contextos de mucha precariedad social sobre el inmigrante.

En el contexto Aleman, por ejemplo, esa atracción de talento no movilizó como se esperaba el mercado local, no dinamizó esas zonas afectadas por el decrecimiento, de hecho, se acrecentaron las brechas.

Y, desde el contexto portugues (Visa de búsqueda de trabajo, visa D1 y visa D3), esas políticas de atracción de talento desencadenaron una burbuja especulativa en el mercado inmobiliario. Perjudicando a amplios sectores sociales que ven afectada su vida diaria, por lo que se están replanteando la ejecución de dichas políticas migratorias.

Es decir, si vemos una gran foto del momento europeo, esas políticas han fungido como compresas de agua fría para bajar los efectos de un proceso que llegó para quedarse.

¿En qué medida el marco legal migratorio actual en España facilita o dificulta la integración de los inmigrantes en el mercado laboral y su contribución al PIB?

La legislación migratoria española ha sufrido una última modificación sustancial de sus pilares en el presente año.

Por lo estudiado, tal parece que abraza la nueva legislación una política más integrativa del migrante. Menos burocrática y de más acceso al mercado laboral español, al menos en el papel. Pero como siempre se dice en el estudio de los fenómenos migratorios, habrá que ver sus efectos en la ejecución de esos cambios, en el día a día de la aplicación de la ley.

Porque una efectiva gobernanza migratoria amparada en los Derechos Humanos del migrante, apunta a la revisión constante de la ejecución de las políticas, análisis de los desafíos por venir y posible reformulación, producto de una lectura de sus efectos en las sociedades en las que se implementa.

Demás está comentar que dicha integración contribuye a aportar al PIB de las sociedades de acogida.

¿Cuál es el impacto de la inmigración en la segmentación del mercado laboral español? ¿En qué medida los inmigrantes se concentran en determinados sectores u ocupaciones y cómo afecta esto a las oportunidades laborales de los nacionales?

En política y economía, bien sabemos que la percepción juega un papel preponderante. Ya lo dice un autor que valoro mucho, Van Dijk. El discurso popular (de la gente), se condiciona y condiciona al discurso institucional (Gobiernos, legislación, etc.).

Por lo que, en la medida en que las instituciones no ofrecen un paragua de derechos, anulan las otredades reflejadas en el inmigrante como sujeto. Y, sobre todo, no promueven mecanismos de integración cultural, político, económico y social del inmigrante, igualmente como espejo, será la sociedad de acogida.

El discurso nacional popular en España tal parece que está adquiriendo el condicionante de «precisamos extranjeros». Pero, no «cualquier tipo de extranjeros», vale decir, solo aquellos que se «quieran integrar» (Un ejemplo de ello, es la consigna de VOX con la llegada de población africana a territorio español).

Pero, ¿Ello será espejo de la legislación que actualmente se encuentra en curso? Inicialmente parece que no.

Lo que sí parece claro, es que la falta de inversión, y como resultado la poca oferta laboral, motivado entre otras cosas a ese Estado de Bienestar que dificulta el emprendimiento que hemos venido conversando, ha constituido un discurso popular que apunta las precariedades, a raíz de «una descontrolada» llegada de migrantes.

Un análisis de profundidad de los efectos de llegada de inmigrantes a las sociedades, demuestra que depara mayores beneficios económicos que perjuicios, ello sí, cuando se planifica y estructura como una verdadera Política Nacional y de Estado, pero, la percepción juega un papel preponderante en dicho entramado.

¿Cree que la presencia de inmigrantes ha generado competencia desleal en el mercado laboral español?

Una percepción negativa, puede desencadenar por ejemplo, en una mala apreciación de las estructuras políticas. Apuntar el foco al inmigrante, como causa y consecuencia del marco reducido de oportunidades laborales, es parte de ese problema de fondo.

Para que se desarrolle una competencia desleal, debe primero la legislación, inducir un sistema que promueve una estructura laboral que no respeta los derechos y deberes de ese contribuyente extranjero, debe también, excluir al migrante de políticas de integración a las comunidades de acogida.

Actualmente ese sistema migratorio, ejerce un nivel de precariedad que puede elevar esa percepción negativa contra el inmigrante. No obstante, se verán los efectos de los cambios migratorios desarrollados en el presente año y sus efectos en materia laboral en los próximos años de su ejecución y puesta en práctica.

Finalmente, como politólogo, ¿Qué políticas públicas considera prioritarias para abordar de manera integral los desafíos económicos que enfrenta España al día de hoy, a raíz del envejecimiento, la baja natalidad, la migración y la despoblación rural?

Más allá de Políticas Públicas principales, el Estado español debe replantearse desde sus cimientos.

Los nuevos reacomodos, sobre todo en materia tecnológica, invitan a que los Estados contemporáneos deban incorporar elementos de nuevo cuño. Por ejemplo, un aspecto de esos cambios, son las nuevas generaciones que ejercen trabajos de forma remota, que se identifican con trabajos nómadas, o, aquellas generaciones cuyo emprendimiento son las nuevas plataformas de comunicación.

Para ellos, ese Estado de Bienestar no es garantía de subsistencia, de hecho, es garantía de mantener las precariedades laborales.

Ello se ve más patente en la disparidad de ofertas laborales entre comunidades autónomas, marcando diferencias estructurales entre las capitales y los pueblos españoles. La distribución estatal debe partir de la premisa de que, sin financiamiento al emprendimiento, muy difícilmente se crezca demográfica y económicamente, y, sobre todo, que no se puede pechar al contribuyente como en tiempos de los «baby boomers».

Pero todo ello implica un cambio de mentalidad, de percepción de las políticas, que la generación presente muy difícilmente verá cumplir.

En materia de Políticas Públicas, la atracción de talento humano extranjero puede generar un sustrato de oportunidades importantes, pero debe plantearse desde la gobernanza migratoria. Es decir, desde el contacto directo de diversos núcleos socioculturales impactados por el fenómeno, buscando el aporte de núcleos de receptores como de inmigrantes. Sin embargo, todo ello se queda sin foco, sin el replanteamiento del Estado.