- Keynes desafÃo los postulados clásicos señalando que el gasto público permite cubrir el déficit generado por la inestabilidad de la demanda agregada
- Con su amigo Hayek, defendÃan el liberalismo pero se cuestionaban duramente el papel intervencionista del estado
- Sus ideas están mas latentes que nunca con estados desbordados en su gasto publico
En 1919 el economista británico John Maynard Keynes (1883-1946), criticaba el Tratado de Versalles por las posibles consecuencias que tendrÃa sobre la economÃa alemana y sobre los gobiernos europeos, pronosticando una inminente «venganza» por parte de Alemania.
Esta especie de predicción del surgimiento del nacionalsocialismo bajo los designios de Adolfo Hitler, lo catapultó a la fama.
Pero fue su obra “TeorÃa general del empleo, el interés y el dineroâ€, la que lo erigió por siempre como uno de los más influyentes economistas del siglo XX cuyas ideas repercuten aún hoy sobre las teorÃas y polÃticas económicas.
TeorÃa general del empleo, el interés y el dinero
En su obra central «TeorÃa general del empleo, el interés y el dinero» de 1936, Keynes, cuestiona el paradigma económico dominante de la época.
El británico desarrolla una teorÃa basada en la noción de demanda agregada para explicar la variación general de la actividad económica. TeorÃa forjada bajo los efectos de la Gran Depresión de 1929-1932, el colapso económico más grande de la época moderna.
En términos económicos simples, la demanda agregada es la suma de los bienes y servicios que los consumidores, las empresas y el Estado están dispuestos a comprar a un determinado nivel de precios y está influida entre otros muchos factores, por la polÃtica monetaria y fiscal.
Acorde con su teorÃa, el ingreso total de la sociedad está definido por la suma del consumo y la inversión; y en una situación de desempleo y capacidad productiva no utilizada, «solamente» pueden aumentarse el empleo y el ingreso total incrementando primero los gastos, sea en consumo o en inversión.
Bajo este concepto y ya que el ingreso total determina la cantidad de ahorro total en una sociedad, la economÃa podrÃa alcanzar un incremento del ahorro total, aun si las tasas de interés disminuyeran para estimular los gastos en inversión.
En su obra señala que el gobierno puede estimular la demanda en tiempos de aumento del paro, ejerciendo polÃticas activas especialmente a través de gastos en obras públicas.
Keynes y el gasto publico
Keynes estimaba que el sistema capitalista no tiende naturalmente al pleno empleo ni al equilibrio de los factores productivos, sino hacia un equilibrio que solo accidentalmente coincidirá con el pleno empleo
Influenciado por los efectos de la época de la depresión, explicaba el carácter ascendente de la oferta agregada, resaltando la inestabilidad de la demanda agregada, proveniente de los choques ocurridos en mercados privados, como consecuencia básicamente de la variación de la confianza de los inversores.
Su conclusión principal es que se debe favorecer la intervención pública directa en materia de gasto público, lo que permite cubrir el déficit generado por la inestabilidad de la demanda agregada.
Hayek amigo y adversario
Friedrich von Hayek quien representaba las teorÃas ortodoxas que Keynes cuestionaba, señalaba que la causa fundamental de una depresión es la creación excesiva de crédito por parte de los bancos, lo que conduce a un gasto excesivo por parte los actores del mercado.
Según Sir Robert Skidelsky, profesor de economÃa polÃtica y biógrafo de Keynes, el austriaco y Keynes desarrollaron una relación cordial que sin embargo no los acerco a sus posiciones ideológicas, «Nos llevamos muy bien en la vida privada«, escribió alguna vez Keynes, al mismo tiempo que señalaba que la obra de Hayek «Precios y Producción» era «uno de los más espantosos enredos que he leÃdo», mientras que Hayek, agrega Skidelsky, consideraba la influencia del británico en la economÃa «tanto milagrosa como trágica».
Nivel de gasto adecuadoÂ
Hayek pensaba que para recuperarse de un bajón de la economÃa era necesario no sólo estipular un nivel de gasto adecuado, sino también volver a la producción sostenible “una producción libre de las distorsiones propias de una era de auge-colapso causadas por el dinero fácil†que entrega el gobierno mediante sus polÃticas.
Pero Hayek fue durante muchos años y aun hoy, relegado por muchos gobiernos y pensadores, por ser una especie de «perverso destructor del trabajo» y por “proponer†que los gobiernos desamparen la economÃa.
La obra de Hayek y de la escuela austriaca en general, tiene menos difusión que la obra de Keynes.
En su visión, algunos actores del mercado realmente tienen que ser liquidados y no ser subvencionados por polÃticas monetarias que incluyen entre otros elementos la siempre cuestionable emisión de dinero.
Criticos a Hayek y Keynes ¡sin consenso!
Algunos crÃticos de Hayek coinciden con ideas como la del profesor Juan Gabriel Gómez Albarello, quien señala que el economista:
“Soslayó la forma en la cual la concentración de poder económico distorsiona los intercambios que se realizan en el mercado y, consiguientemente, dejó de considerar el papel positivo que juega la ley al darle una protección especial a quienes están en una situación desventajosa. Justamente, una de las premisas del Estado social de derecho es que no debe haber un trato igual para los desiguales. Por el contrario, los desiguales requieren un trato desigual y ello justifica la intervención del Estadoâ€.
Por su parte, algunos crÃticos del keynesianismo coinciden con la visión del analista Andrés Villota Gómez, quien precisa que:
«Si un negocio no es productivo o eficiente, desaparece, pero, en el modelo de Keynes, el Estado mantiene con vida a los ineficientes e improductivos. Esa es la acusación por excelencia de los que utilizan la palabra “liberal†como un insulto, porque evita que el Estado fomente, de manera permanente, la mediocridad, las fallas en el mercado, la irracionalidad económica y las ineficiencias en el gasto.»
Sobre el impacto polÃtico actual Villota agrega que:
“La intervención del Estado en la economÃa fue adoptada por todos los movimientos polÃticos, eliminando las diferencias dogmáticas y programáticas, creando ineficiencias, que se pagaban con altos impuestos y emisión de papelitos de colores sin respaldo.â€
Keynes Vs Hayek: ¿Ambos tenÃan la razón?
La teorÃa keynesiana influyó el periodo posterior a la gran depresión y la posguerra con sus ideas de gasto público e inversiones estatales.
Las ideas de Hayek fueron acogidas por liberales como Thatcher y Reagan, que influyeron en todo el mundo occidental en un momento decisivo de la guerra frÃa en que la realidad económica derrumbaba muchos muros, incluyendo el de BerlÃn.
Ambos parecÃan ser en su momento histórico la solución adecuada para los problemas vigentes.
La Gran Depresión y la crisis de la posguerra animaban a las naciones a gastar en empleos e inversiones públicas para reanimar la producción y el desempleo en crisis.
La Escuela austrÃaca, ondeaba las banderas de la salida del Estado de las empresas de «servicios esenciales» además de la privatización de los sectores no imprescindibles. Las ideas de Hayek, surgen como las mas adecuadas cuando el aumento de los precios del petróleo y la poca eficiencia de las empresas estatales aumentaban la inflación y el paro.
La pandemia resucita al keynesianismo después de los efectos adversos de la crisis del 2008
La austeridad con que se manejó la crisis financiera de 2008 con recortes y pocos estÃmulos, llevo a mayores niveles de paro y de caÃda del PIB.
Además el pánico en los mercados de deuda, llevó a los bancos centrales a realizar fuertes inyecciones de liquidez.
Esta lección bien o mal aprendida, llevó a afrontar la pandemia a un Donald Trump, carente de cualquier tinte socialista, a aprobar ayudas por valor de más de un billón de dólares y a proponer gastar más de 4 billones entre estÃmulos, obras e inversiones al viejo estilo keynesiano.
Europa por su parte dijo no a una mayor austeridad y se dedico a emitir deuda conjunta por valor de más de 750.000 millones de euros para repartir entre los estados.
Europa y Estados Unidos no han dejado de abrazar desde hace más de dos décadas el modelo keynesiano y la pandemia es solo una exacerbación del mismo, pues Europa gasta billones de euros en subsidios y ayudas a sus ciudadanos mientras que Estados Unidos no ha dejado de emitir dólares para sostener su nivel de gasto.
Keynes y el impacto en la polÃtica moderna
El keynesianismo con su gasto público generador de inflación y encarecedor del coste de la deuda queda en manos de polÃticos que sin distingo de orientación ideológica podrÃan dedicarse a desarrollar el modelo por décadas simplemente porque podrÃa ser más conveniente a sus interés electorales.
La deuda de los Estados Unidos asciende al 124% de su PIB, mientras que según EUROSTAT, a finales del primer trimestre de 2024, la ratio de deuda pública bruta respecto del PIB en la zona euro se situó en el 88,7%, frente al 88,2% a finales del cuarto trimestre de 2023.
La tendencia futura de las cifras macroeconómicas determinará quien tiene la razón en el conflicto ideológico entre Keynes y Hayek.
Por ahora, la discusión sobre la intervención estatal en la economÃa sigue más viva que nunca.
Descubre más desde SoyInsider.com - Diario económico con análisis exclusivos y tendencias financieras
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Necesitamos un neo keynesianismo que estimule lo que no es de interés de los privados, no un neo asistencialismo. Hay un neo keynesianismo en las polÃticas del Presidente Xi en China?